Mi carta de gratitud

Carta de gratitud de Raquel Díaz

«Gracias a la maternidad y al aprendizaje que estoy viviendo con ella, siento que después de muchos desencuentros he podido reencontrarme conmigo misma, con la niña que llevo dentro; con sus dolores y sus pasiones.

Está siendo un viaje intenso con paradas por lugares oscuros por donde no suelo querer habitar. Este paseo me ha enseñado que nada hay que temer, que ver lo que hay, que sentir lo que está, sólo puede traerme de regreso a mi propia vida.»

Experimentar la  gratitud puede ser una tarea difícil. A menudo estamos enganchados a la queja y el agradecimiento no tiene mucha cabida. La queja es absorbente y lo quiere todo para sí; nos envuelve y nos hace perder el rumbo. Sentarse a escribir una carta de agradecimiento puede ser un forma sencilla de conectar con esa gratitud.

Me dí cuenta que si me entregaba al agradecimiento iba a tener que abandonar la queja y eso me causaba cierto disgusto.

Cuando me propusieron hacer este ejercicio, fueron muchas las veces que me senté frente a un papel en blanco sin saber cómo empezar. Pensaba: ¿qué ocurre? ¿no tengo nada que agradecer? Siento que tengo muchas cosas en mi vida que me hacen sentir bien pero no soy capaz  de sacarlo.

Me dí cuenta que si me entregaba al agradecimiento iba a tener que abandonar la queja y eso me causaba cierto disgusto. Instalada en  la queja me sentía mal pero estaba cómoda. Noté el enfado y la ira envueltas en mi cabeza. La queja me proyectaba a exigencias futuras mientras la gratitud me conecta con el presente.

Un buen día me senté y de repente empecé a escribir el fragmento que os comparto al inicio de este post. Fue el comienzo, poco a poco fueron cayendo palabras en el folio y quedó completo por las dos caras.

Después decidí leer lo que había escrito en voz alta y sentí que la gratitud se había abierto paso y me había traído una apertura mental, una visión más objetiva y real de mí misma y de mi circunstancia.

Agradecer me lleva a un ejercicio de vulnerabilidad y honestidad conmigo misma.  La gratitud sincera tiene efectos curativos.

Agradecer me conecta conmigo misma y me centra. Agradecer abre la puerta a la aceptación y el amor. Agradecer me lleva a un ejercicio de vulnerabilidad y honestidad conmigo misma muy intenso. Agradecer me abre los ojos a la realidad, me da fuerza y me hace sentir paz y completud.

Si en algún momento os descubrís enganchados a la queja, notáis que perdéis la objetividad y no sois capaces de ver nada bueno en vuestra vida, os propongo realizar este ejercicio: tratad de escribir una carta de gratitud. Elegid el destinatario que deseéis, incluso una misma puede ser un buen destinatario, y después leedlo en alto. La gratitud sincera tiene efectos curativos.

Y a ti, ¿a quién te gustaría escribir una carta de gratitud?

2 comentarios en «Mi carta de gratitud»

  1. Me agrada saber que escribir esta carta te ha servido para encontrarle el lado positivo a la vida. Lo cierto es que las personas desagradecidas tienen un gran vacío interior aunque no se percaten de ello. Yo aprendí hace mucho tiempo los efectos gratificantes que conlleva la gratitud. Yo también estoy agradecida y mucho por tenerte como amiga.

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    1. Qué ilusión encontrarme este comentario Montse, me encanta saber que las cosas que escribo os llegan y os animáis a compartir vuestras experiencias. Encantada de haberme encontrado contigo y de haber aprendido tanto a tu lado y por supuestos las risas que nos hemos pasado que esas son impagables. Gracias Montse !! Un abrazo grande te mando y espero verte pronto.

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