El único modo de ser feliz es amando

Si no sabes amar tu vida pasará como un destello

Tras el visionado de la película El árbol de la vida dirigida por Terrence Malick, me surgieron muchas cuestiones acerca del sentido de la vida, hubo un diálogo concreto que me resonó mucho:

El único modo de ser feliz es amando.

Si no sabes amar tu vida pasará como un destello.

Sé bueno con los demás,

asómbrate,

ten esperanza.

De algún modo es una intuición que siempre me ha acompañado, la clave para una vida plena es vivir amando, en esa misión me encuentro y me parece un camino profundamente bello, lleno de aprendizajes,  a la vez que siento que me pongo a prueba cada día, que debo abrazar la honestidad y la incertidumbre constantemente, eso me resulta muy retador pero aveces me siento muy perdida, desubicada, sola.

Me encuentro con mis limites con mis heridas y tengo que detenerme a mirarlas de frente, examinarlas, ver como operan, aceptarlas para poder continuar. Aprender a amar se ha convertido en mi tarea de vida y cuanto más me cuestiono más ignorante me siento a este respecto.

Ojalá fuera esta una cuestión con la que pudiésemos familiarizarnos en nuestras familias, en las escuelas, en las calles, viviríamos mucho mejor si nos centrásemos en esta tarea que es vital para nuestro pleno desenvolvimiento.

A partir de la intuición de que el amor es la clave para la vida plena, me surgen preguntas a las que quiero encontrar respuestas y quiero compartirlas con todos vosotros que pasáis por este blog para que me ayudéis si está en vuestro ánimo a encontrar las respuestas.

¿qué es amar?

¿sabemos amar?

¿el amor esta regulado por normas?

¿podemos elegir lo que amamos?

¿cómo se aprende a amar?

Se asoman algunas intuiciones … amar será:

¿mirar con los ojos del asombro?

¿gratitud?

¿comprender, entender?

¿dejar ser?

¿ser fiel a uno mismo?

¿presencia en cada momento?

¿aceptar lo que es?

¿empatizar, tender la mano sin esperar nada?

¿perdonar?

¿saber ver la belleza de la singular esencia?

¿tener esperanza y confianza en la  vida?

¿Puede que el amor sea un estado y no una forma de relacionarnos?

¿Si estoy en amor, me quiero y acepto honestamente será más fácil  desplegar ese estado hacia fuera?

¿Por qué nos desconectamos del amor? ¿A dónde vamos cuando eso sucede?¿ al miedo?

Os animo a la indagación filosófica sobre el amor, escribidme!

Profundamente agradecida por la recomendación de la película!

Feliz verano!

La reflexión filosófica también me ayuda en la crianza.

La crianza entraña muchas cuestiones definitivas en el desarrollo de las personas. Hacer una reflexión filosófica acerca de esta tarea tan infravalorada produce cambios muy importantes en la vida de los niños y de los adultos  responsables de la crianza. En éstas me encuentro desde que decidí ser madre y quiero compartir algunas reflexiones con vosotros.

¿De dónde parto cuando se me plantea  difícil la tarea de criar? Parto de una experiencia personal, de una mirada construida a partir de esa experiencia, parto de mi mísma de lo que me faltó, de lo que me resultó difícil encarar, de unas heridas de infancia, de un ser sin plenitud.

Proyectamos casi de manera inevitable sobre sus vidas nuestra experiencia. Conviene que seamos capaces de ver con claridad de dónde partimos, cada uno de nuestra propia circunstancia.

Hacer una reflexión filosófica acerca de esta tarea tan infravalorada produce cambios muy importantes en la vida de los niños y los adultos responsables de la crianza.

Otra cuestión bien distinta es que de nuestra experiencia hayamos creado un aprendizaje y tengamos claros algunos puntos en los que queremos poner más atención porque nos dieron problemas. Importante esta diferencia entre proyectar y aprovechar aprendizaje de experiencia vivida porque en el proyectar no se deja espacio para el niño, ahí el centro eres tú y tu dolor, y cuando aprovechas la experiencia para mirar con más atención estás dejando al niño que tenga su propio lugar.

Los peligros que temía eran justo esas proyecciones de un ideal sobre ellos, no ser capaz de ver lo que el niño necesita, saber hacerles sentir seguros, que sientan el amor en el que les criamos, que no sean niños heridos por no ser vistos en su ser, no saber dotarlos de herramientas necesarias para vivir de manera autónoma, a veces dudo tenerlas yo misma.

Conviene que seamos capaces de ver con claridad de dónde partimos, cada uno de nuestra propia circunstancia.

Sentía que para hacerlo bien necesitaba un manual de instrucciones escrito por personas que supiesen mucho del tema y seguirlas al pie de la letra para no fallar. Me documenté mucho, me hice con libros, teorías pedagógicas, todos los temas de la crianza me interesaban, el apego seguro, la alimentación, la comunicación, el juego…

Llegó un momento en que tenía la cabeza a punto de estallar, un maremagnum de ideas dando vueltas, algunas opuestas. Con esto sólo conseguí bloquearme y no saber por donde salir o a qué prestar atención. La crianza ya estaba aquí y requería mucho tiempo y dedicación y la inseguridad propia de estos primeros momentos unida a la inseguridad creada por tanta documentación me hicieron pasar una época difícil.

Buscar recetas para saber qué hacer en cualquier momento sólo era una respuesta para compensar mi inseguridad. Pensar en poder aplicar normas generales a los niños es muy frustrante porque independientemente de que haya cosas comunes entendiéndose en cada contexto, cada niño es un ser único, no hay otra persona igual.

Y comprendí que así es como debemos tratarlos: como seres únicos, como una expresión de vida original.

Cuando nuestra mirada viene de ahí es más comprensiva, deja de comparar, te permite comunicarte con su ser más esencial. Y si ellos son únicos, cada uno de nosotros también lo somos, dignos de amor y susceptibles de ser vistos tal y como somos en nuestra singularidad desde nuestro ser profundo.

Buscar recetas para saber qué hacer en cualquier momento sólo era una respuesta para compensar mi inseguridad.

Respetar lo que somos, amarnos incondicionalmente, aceptar nuestras luces y sombras, vivir presentes y conscientes el mayor tiempo posible, caminar con esa actitud filosófica de ser cada día más reales es la clave para que nuestros hijos puedan desarrollarse de una forma sana, siendo respetados y comprendidos como los seres únicos que son y puedan desarrollarse del mismo modo.

Al final, siempre la respuesta está dentro de una mismo:

Vive y quiérete , sé tú mismo y deja que tu ser se exprese y esto mismo será lo que tus hijos aprenderán a hacer.

Aprende a gestionar tus emociones, reconcíliate con tus heridas y siente tus vacíos.

Muéstrate tal cual eres en tu vulnerabilidad, no construyas máscaras y muros para protegerte. Porque si haces eso no dejarás que te vean ni que sepan quien eres.

Apuesta por dar lo mejor de ti en cada momento, siente tus emociones todas, no hay buenas y malas todas deben salir, ser expresadas.

Juega con ellos, abrázalos, cuéntales lo que piensas lo que sientes, dales confianza y espacio para ser independientes de ti, prepara la pista de despegue, ayúdales a que consigan todo lo que necesitan para volar.. y ¡déjales que vuelen! A estas alturas ya sabrán que estarás  ahí dandoles tu amor incondicionalmente siempre, no hará falta más .

Al final, siempre la respuesta está dentro de uno mismo: vive y quiérete , sé tú mismo y deja que tu ser se exprese y esto mismo será lo que tus hijos aprenderán a hacer.

Estas son algunas de las reflexiones que he desarrollado en este tiempo de crianza, intento integrarlas en mi día a día pero no siempre lo consigo, trato de no juzgarme por ello sólo mirarme  y aceptarme humanamente imperfecta.

Me encantaria conocer las vuestras intuiciones y aprendizajes, es un camino tan personal y experiencial el de la crianza que todas las voces aportan conocimientos valiosos. Os animo a que  compartáis las vuestras en los comentarios  o a través del contacto. ¡¡Gracias!!