El otro día en la consulta de asesoramiento filosófico abordamos el tema de la visibilidad lésbica. Todo surgió a partir de una creencia limitada que detectamos: “si muestro algo de mí puedo causar daño o no ser bien vista”.
El Día Internacional del Orgullo LGTB+ se convierte en un día que nos da la oportunidad de mostrarnos. Sentir el orgullo de ser quienes somos y aprender a querernos tal y como somos.
En las consultas de asesoramiento filosófico buscamos definir el patrón de comportamiento y emoción que está causando sufrimiento a la persona que realiza el proceso y una vez que lo hemos definido, tratamos de ir viendo todas las creencias limitadas que subyacen a ese patrón; es decir, creencias que hemos adoptado como válidas y en función de las que operamos pero que nos causan sufrimiento por no estar ajustadas a la realidad.
Nuestra filosofía operativa está conformada por estos patrones y creencias. De muchos de ellos no tenemos apenas conciencia y es a través de este proceso de diálogo filosófico que van saliendo a la luz.
Pues bien, la creencia limitada “si muestro algo de mí puedo causar daño o no ser bien vista” lo es porque tal afirmación entraña que nuestro ser al mostrarse no va a ser bien recibido, e incluso que puede causar daño. Subyace que no soy ontológicamente mostrable, que no soy correcta, que debería ser de otra manera que fuese bien recibida y no causase daño. Creer esto nos impide descansar en lo que somos, amarnos incondicionalmente y aceptarnos para poder vivir satisfactoriamente.
En el caso que nos ocupa, el hecho de vivir como lesbiana en una sociedad heteronormativa, fomenta, a través de la experiencia vivida con episodios discriminatorios, el refuerzo de esta creencia cuando en nuestro entorno no aceptan como somos. Una interpretación puede ser que yo causo daño por ser así y por ello los demás sufren.
Si entendemos que la mirada que nos espera puede ser o no compresiva podemos concluir que no está en nuestra mano hasta donde llegue a comprender otra persona.
Pero en realidad, lo que ocurre es que aquellos que nos rechazan sufren porque desean que seamos de otra forma y ese deseo escapa a sus posibilidades. Yo soy lo que soy y con ser no causo daño, lo que causa daño es la expectativa de que sea de alguna forma correspondiendo a la sociedad en la que vivo y por tanto a la norma de la heterosexualidad.
Esto causa frustración en algunas personas porque necesitan ser aceptadas por la sociedad e interpretan en contra de su propio ser como más necesaria la aceptación de los otros que poder descansar en lo que realmente somos sin juicios, con amor a nosotras mismas.
Por otro lado, la parte de la creencia que tiene que ver con el hecho de no ser bien vista se hace más fuerte porque realmente hay una mirada de la sociedad que no acoge esta forma de ser. Esto es una realidad, pero también es una realidad el ser lesbiana, y es mi realidad, forma parte de mi ser.
Si entendemos que la mirada que nos espera puede ser o no compresiva en función de las capacidades o del nivel de comprensión desarrollado por las personas que nos rodean, podemos concluir que no está en nuestra mano hasta donde llegue a comprender otra persona. Sí estará en nuestra mano tratar de ser nosotras mismas ajenas a esa mirada que no depende de nosotras.
Mostrarme tal y como soy es un regalo de autenticidad. Cuando me muestro tal y como soy descanso en mi ser.
Cerrar los ojos e imaginar cómo sería nuestra vida si no tuviésemos esa creencia puede situarnos en el punto de partida de una vida vivida con naturalidad en armonía con una misma y la vez con los demás. Nos puede dar las fuerzas necesarias para transformar esta creencia. Mostrarme tal y como soy es un regalo de autenticidad. Cuando me muestro tal y como soy descanso en mi ser. Mostrarme hace que mi realidad sea conocida y comprendida con naturalidad.
El Día Internacional del Orgullo LGTB+ se convierte en un día que nos da la oportunidad de mostrarnos y reivindicar la igualdad de las personas en esta sociedad. Necesitamos vivir en una sociedad que acoja las realidades de todas las personas, que no excluya y dificulte las diversas realidades, una sociedad en la que las personas puedan ser libremente.
Es trabajo nuestro sentir el orgullo de ser quienes somos y aprender a querernos tal y como somos. Hoy os animo a emprender esa aventura de amarse a uno mismo y sentir el orgullo de ser.